Además de los numerosos lugares de interés que tiene Nueva York, hay rincones secretos, lugares vedados al público o que apenas tienen afluencia de gente y que son verdaderas maravillas.
Entre estas se encuentra la estación de City Hall, muy cercana a Brooklyn Bridge y que sólo operó durante 40 años. La estación fue inaugurada en 1904 con un estilo arquitectónico muy alejado del resto de las estaciones. Parecida a Central Station, cuenta con azulejos del arquitecto español Rafael Guastavino y con bóvedas acristaladas y hasta candelabros.
Debido a la curvatura del andén varias personas resultaron heridas cuando se bajaban de los vagones y decidieron cerrarla. A día de hoy, es utilizada para que los trenes de la línea 6 (la que utilizaremos nosotros para ir al Downtown), den la vuelta e inicien su recorrido inverso. Esto permite que los
viajeros que se queden en el tren al llegar a la estación de Brooklyn Bridge puedan observar la estación fantasma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario